
Estás en medio de un gran experimento en tu laboratorio secreto. La cosa no va del todo bien y de repente, el frasco que contiene las últimas gotas de superlíquido se desliza misteriosamente del armario y ves en cámara lenta cómo se precipita hacia abajo. Instintivamente alargas la mano tan rápido que consigues evitar el desastre. Gracias a Kelvin, estás lleno de la energía positiva que necesitas para continuar el día. ¡El mundo espera ver a dónde llegarás con tu ingenio!
